miércoles, 20 de octubre de 2010

UNA MUJER MUY GRANDE EN UN CUERPO PEQUEÑO


Iba a escribir un post sobre otra cosa distinta algo que me paso el viernes, pero creo que este post se lo debo a alguien y aunque se me encoja el corazón solo de escribirlo creo que se lo debo.

El Domingo fui a buscar a mi madre y a mi abuela para ir a ver a mi “bisabuela”, si como lo oís, tengo una bisabuela que tiene 100 años, hasta hace muy poquito vivía con nosotros o con mi abuela pero llego un momento en que no podía quedarse sola, casi no ve y no oye y las horas que estábamos trabajando podían resultar peligrosas para ella.

Con mucha angustia y dolor tuvimos que ingresarla en una residencia, de esto hace más o menos cuatro años. En esos cuatro años mi bisabuela o como nosotros la llamamos “mami” ha pegado un bajón considerable, ya casi no nos reconoce, ha adelgazado muchísimo, y eso que sabemos que la dan de comer bien, y cuando la tocamos o abrazamos se estremece como si la fuésemos a hacer algo. Esto último me destroza el corazón, el domingo quise calentarte un poco las piernas, porque las tenia frías y se puso a llorar y asustada me dijo que me quitara, no sabía quién era.

Mi madre me decía que era normal, a ella tampoco la reconocía, ni siquiera a su hija, pensareis ¿Qué quieres con 100 años? Pues es cierto, pero “la mami” siempre me había reconocido, de hecho era a las pocas que aún reconocía; me acercaba a ella y le decía “Mami soy yo, soy tu ratón” y se ponía loca de alegría.

Y es que le debo muchas cosas a esa abuelita que se parece a la abuela de Heidi; gracias a ella hoy yo estoy aquí. Veréis mi madre se quedo embarazada cuando era una niña de 15 años e imaginad que escándalo en aquella época, mi abuela quería llevarla a Londres a abortar, pero mi madre dijo que no, y mi bisabuela con lo pequeña (de estatura)que era se impuso y dijo: “Si la niña quiere tener el bebe no la vas a obligar a abortar”, y así imponiéndose a mi abuela yo finalmente nací.

Fueron años muy difíciles para mi madre, ella siguió estudiando y además empezó a trabajar, así que mientras mi madre iba a clase yo estaba o con mi padre, con mis abuelos paternos o con la mami
La mami me contaba cuentos, me peinaba el pelo, me enseño a bailar, me acunaba cuando me dolían los oídos, me enseño a cocinar y millones de cosas más que nunca podré pagarle del todo.

Todavía recuerdo como se reía cuando me veía con seis años bailar fandangos y tanguillos como ella me había enseñado, yo exageraba mucho el movimiento para hacerle reír.

Cuando fui mayor y estudiaba por las noches, ella se levantaba me ponía una manta encima, o me traía café a pesar de que yo insistiese para que se acostase, hasta que no me veía que apagaba la luz no se quedaba tranquila.
En esa época me conto su historia, la de su vida y descubrí que gran mujer tenía como bisabuela, vivió la guerra civil, dio clases de piano a personajes importantes y su marido fue un militar que en sus últimos años se dio a la bebida y la maltrataba, pero no la oí quejarse nunca de la vida que había tenido, todo lo contrario.

Podría contar muchísimas cosas más pero creo que os habréis hecho una idea de la suerte que tuve al ser criada por una mujer tan excepcional.

Y aunque ya nunca más me reconozca, este post es para ella, por lo grande que ha sido siempre a pesar de su pequeña estatura.



Palabrita de la niña ratón

6 comentarios:

  1. Uy, te dejé un comentario aquí, ¿no llegó? :(

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  2. Nooo¿?!! Creo que se perdió por el ciber espacio.... :(
    Si tienes tiempo, me encantaría leer tu comentario.
    un saludin

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  3. juer, se me ha puesto la piel de gallina. Qué bonito es el amor de los abuelos (o bisabuelos)

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  4. Debe ser durísimo no poder reconocer a tu gente. Pero aunque no lo exteriorice, seguro que guarda un buen recuerdo de los tiempos que pasabáis juntas. Eso no puede desaparecer! Algún día, aunque sea con una simple mirada te lo reconocerá! O al menos, debería ser así, por ella y por tí.

    Saludos!

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  5. Hola Juno:
    Yo me considero una verdadera afortunada porque me crié básicamente con mis abuelos, con todos ellos, tuve la suerte de conocerlos y disfrutar de su compañía además de aprender muchas cosas.
    Quiero muchísimo a mis padres, pero el vinculo con los abuelos el algo muy especial también.

    Hola Quico:
    Creo que ella recuerda, a veces habla de cuando era joven, pero no sabe que somos nosotros los que estamos ahí.De hecho al lado de mi bisa, había una abuelita que me pregunto si yo era la hija de la Nicolasa y si me había casado ya, evidentemente no lo soy, pero me dio pena le dije que si, y se puso contenta porque la había ido a ver.. se te encoje el alma cuando ves algo así..

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  6. Hola Naray:

    Sin duda, hemos disfrutado mucho, ahora yo solo quiero que el resto de sus días se encuentre tranquila y lo mejor que pueda, y aunque no me reconozca seguiré yendo a verla y con suerte algún día me reconocerá.

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