jueves, 17 de noviembre de 2011

30 AÑOS

Hace 30 años yo era pequeñita, pesaba 3 kilos y medio y estaba tranquilamente dentro de mi madre “levitando” en un mar de liquido amniótico y encajada para la salida.

Ese día mi madre se sentía rara pero lo achacaba a que el día anterior había visto una película de zombies y había dormido mal (que queréis tenía 15 años), empezó a tener contracciones pero tenía un poco de miedo a decirlo en casa ya que a mi abuela la noticia del embarazo de mi madre, gracia lo que se dice gracia no le había hecho.
Así que ahí estaba yo encajada y diciendo, “Aquí está pasando algo, se mueve algo, ¿Qué pasa? Que es esto que tengo enrollado en el cuello?
Hasta que mi madre le dijo a uno de sus hermanos  “Creo que me he hecho pis encima” ¿estás segura? Eso no parece pis” total que mi tio se fue en busca de mi abuela que vino no de muy buen humor.

-¡A ver qué te pasa ahora, que dice tu hermano que te has….” Dice mi madre que no llego a completar la frase porque se dio cuenta de que lo que pasaba era que había roto aguas. Cogio la bolsa preparada por ella y por la abuela de mi madre y se fueron al hospital.

Mi madre siempre cuenta que tenía muchos dolores pero no se atrevía a decir nada porque mi abuela por aquel entonces tenía la mano larga y le daba igual que estuviese quien estuviese, le soltaba unas collejas que ni pa que ¿os imagináis a vuestras madres dándoos unas collejas mientras estáis a punto de parir? Como eran las cosas hace 30 años.

Las monjas del hospital le decían a mi madre que tranquila que estaba todo muy bien, hasta que vino el tocólogo, y dijo que yo venía con una vuelta de cordón, hoy en día le habrían hecho a mi madre una cesárea pero por aquel entonces aún tratándose de una niña a la que le costó dilatar dios y ayuda, nada nada parto natural, así nací yo más morada que la lombarda pero viva.

Así hoy hace 30 años vi el mundo por primera vez, aun hoy sigue sorprendiéndome como pude llegar hasta aquí y le doy todos los días gracias a mi madre por hoy.

Hoy señores/as cumplo 30 años pero como dice una amiga mía:




Palabrita de la niña ratón

martes, 8 de noviembre de 2011

LA DULCE ESPERA

Me siento un poco estafada, si, estafada o engañada, yo tenía una idea del embarazo que en nada se me parece a la realidad, y es que he comprobado que o bien las que ya son madres una vez son madres corren tras un tupido velo lo que fue su embarazo, o el parto es a lo más que llega una de acordarse de antes de que naciese el retoño, supongo que son tantas cosas las que pasan cuando un ratoncin aparece en tu vida que se nos olvidan las cosas que pasamos.

La dulce espera me dicen, que lo disfrute que luego lo echas de manos-… ehhh ¿estáis de coña no? Que lo voy a echar de menos ¿el qué? Y es que tu hoy por hoy preguntas a una madre ¿oye y tu tenias este estreñimiento tan brutal? Y te dicen..ahh pues no me acuerdo… y yo pienso ¿será que con cuando te inyectan la epidural también te dan de regalo algo para borrar memorias? porque yo las estoy pasando putas, seguro que no se me olvida vamos.

Y es que las hay suertudas que pasan un embarazo chachi o eso te dicen ellas que es como súper ideal y otras que debemos llevarnos extra de ración por ellas y por nosotras, por eso quería yo contaros las “verdades” acerca de la “dulce espera” para que al menos estéis ya prevenidas. (advertencia, algunas son un tanto escatológicas, no leer con el estomago revuelto)

  • Nauseas matutinas durante las 12 primeras semanas: Ya  si matutinas, vespertinas, nocturnas y cuando al estomago le apetece, y eso de las doce semanas será algo que ponen tipo estándar porque yo estaba esperando a la 12 como agua de mayo, como niño en la noche de reyes, y paso la 12,13,14,15 y así y eso que no se pasaba y ahora aunque menos ha evolucionado como los pokemon y como tengo menos espacio ya no tengo nauseas ahora son vómitos de dragón, así un poquito en plan escatológico, viene siendo como una fuente y donde me pille, a veces incluso en medio de una reunión he tenido que salir por patas porque no llegaba al baño..
  • El olfato se acentúa; es decir hueles tooooodddddooooooooo, eso que antes ya olías y lo que no, incluso cosas que antes te parecían que olían bien se convertirán en tu enemigo en un plis plas dando lugar al apartado uno.
  • Hipersensibilidad en los pechos:  Lo que te diga es poco, he llegado a salir a la calle con todo ello sin sujeción cual hippy porque el solo hecho de rozarme con el sujetador me hacía aullar, y no os comento el tema de que los toquen, te conviertes en la masa y quieres arrancar manos.
  • Estreñimiento y gases: Seguro que os podéis imagináis lo que pasa cuando tu cuerpo lleva sin expulsar ciertos residuos durante una semana entera hasta que decides que has de dejar tus traumas infantiles a un lado y ponerte un supositorio porque si no crees que podrás explotar, además de que la primera consecuencia que son los gases se está haciendo insostenible porque por mucho que tu no quieras las plantas empiezan a morir a tu paso. Así que ahí estas tu supositorio en mano rememorando cuando tu madre te los ponía y tú te retorcías cual lagartija y piensas “vamos, que seguro que no es para tanto”, pues si es para tanto, es igual que cuando eras pequeño con la diferencia que no está tu madre para cerrarte las piernas y hacerte aguantar y empiezas a dar vueltas por tu casa como rayman dándote golpecitos en la sien y diciendo “tengo que aguantar, tengo que aguantar” (nota: nunca aguantas los 5 minutos que pone en el prospecto es físicamente imposible).
  • Hemorroides: Segunda consecuencia del apartado anterior, no diré más.
  • Cambios emocionales: Creo que ahora más que nunca podría decir que soy bipolar, o tripolar o algo así lloras hasta yendo a comprar el pan, te ríes cuando te dicen que te bajan el suelo y te entran unas ganas enormes de matar que no sabes de donde vienen pero como a tu marido se le ocurra  llevarte la contrario en algo serías capaz de arrancarle la nuez.
  • Acidez de estomago: eso que te sube desde el estomago por el esófago hasta la garganta y que podrías con el aliento encender una cerilla, gracias a San Almax que me dijeron que podía tomar y vi el cielo abierto.
  • Flujo vaginal: solo diré para no entrar en asquerosidades que nadamos en la abundancia con este tema, lo que hace que la mayoría del tiempo tengas algún tipo de infección.
  • Calambres en las piernas: Sobre todo por la noche, cuando has conseguido quedarte dormida cambias de postura y zas, ahí bien el muy cabrón a pillarte a traición, y hace que te levantes como si tuvieses un muelle para plantar el pie en el suelo.
  • Insomnio: y es que encontrar la postura, ver donde colocas la panza y que cuando consigues todo esto no tengas que ir al baño es todo un logro.
  • Sueño inhumano: si se que no concuerda con lo anterior, pero es cierto casi todo el día te lo pasas con un sueño que no puedes con tu alma, otra cosa es que consigas dormir.
  • Despiste o estupidez; he de decir que en mi caso ambas, estoy despistada y a veces creo que las hormonas están haciendo que me vuelva un poco gilipollas. vamos que ando más atolondrada  que los chinos de humor amarillo.
  • Dolor de espalda; esto puedo decir que gracias a los dioses solo tuve una semana de dolor, que entre la natación y la manta eléctrica en la espalda pude quitarme, pero pensar en la palabra “ciática” y es echarme a temblar.
  • Pelo; te crece pelo en sitios insospechados como la barriga, aun estoy flipando con este hecho.
  • Patadas karatekas; aunque la mayoría del tiempo mola sentir al bebe (como veis algo bueno también tiene), de vez en cuando sientes una patada en la vejiga o un puñito en las costillas y ves las estrellas por no decir que es otra de las causas del insomnio, que mi ratoncin le gusta la juerga nocturna como a nosotros.
  • Contracciones de Braxton hicks: son aquellas que hacen que se te ponga la tripa como una roca y durante 15-20 segundos tengas que parar lo que estés haciendo, vamos algo súper genial.
  • Sexo durante el embarazo; si consigues que haya un momento en el que no tengas infecciones, ni te duela la espalda, ni tengas ardores y además acoples bien la tripa, aprovéchalo porque son escasos como los billetes de 500.


Y hasta aquí puedo leer, porque tampoco es cuestión de desanimar al personal, además seguro que dentro de unos meses me preguntáis y ya ni me acuerdo. Ahora si de lo que me voy a acordar y mucho es de el día que de a luz me traigan por favor un buen  bocata de jamón, los bombones ya si eso para otro momento.


Palabrita de la niña ratón